Tercero... Elemental

Todo esto del llavero, del mensaje y del cambio de rutina me tenían pensando todo el día; ¿qué diablos quería?, esto se estaba convirtiendo en un juego del gato y del ratón, pero yo no me dejaría convertir en el ratón para nada.
Sentado en mi casa mirando a través de las ventanas de mi departamento me puse a mirar los expedientes, no encontraría nada, solo fotos de los cuerpos y notas de los investigadores anteriores a que yo entrase a el caso; pero no lograba concentrarme, no se me ocurría nada y mi imaginación había decidido permanecer en un estado de inutilidad.
Este asunto de que un asesino te conozca hubiese puesto a cualquiera temblar de miedo o simplemente huir de ese lugar, pero yo lo único que hice fue darme un baño de tina, para pensar mejor las cosas y como es que esto había llegado a este nivel; dentro del agua y mirando los expedientes de las muertes me puse razonar y pensar el por que este individuo me conocía, pero sobre todo por que su interés de querer contactarme o bueno eso era lo que creía.
Intente recordar si tenia algún enemigo que tiempo atrás quisiese eliminarme o prometiera eso, pero seria imposible, casi siempre permanecía en el anonimato después de la resolución de los casos, los únicos que sabían quien era yo era el comisionado y el agente especial Manuel con él que una vez tome unas cervezas... pero ahora él esta muerto; claro que hay quienes me ubican, pero no saben nada sobre mi historia.
El móvil me había dejado de interesar, sabia que tenia que comunicarse de alguna forma pero como, esa era la pregunta ¿cómo? las personas desaparecían, unas horas y después aparecían tiradas en la calle en posiciones diferentes a la anterior, la forma de matarlas siempre había sido la misma sin cambios hasta ahora la ultima, ¿la ultima significaba algo? su cambio repentino indicaba algo... pero ¿qué?
Ya me estaba cansando cuando derrepente me puse a ver las fotos haciendo los ojos borrosos, y fue cuando lo vi, una letra, el cadáver hacia la forma de una letra, algo parecido a "K" otra foto formaba la letra "β"; esto la verdad me sorprendió, cada cuerpo formaba una letra del abecedario griego, y acomodándolas en el orden de aparición salia lo siguiente: Σε βρὴκα.
Que si no mal recuerdo (de mis pocas clases de Griego) quiere decir "te encontré", ahora si no pude evitar que los cabellos de la nuca se me erizaran; de donde carajos me conocía, pero sobre todo, como es que sabia quien era yo; desnudo y de pie en el baño me sentí la persona más indefensa del planeta, ¿por que me conocía? y ¿que era lo que buscaba en mi?
Esa noche no pude dormir, miraba el techo y cualquier luz proveniente de afuera me hacia imaginar una serie de cosas extrañas; de repente sonó el teléfono.
- ¿Si?
-Ricardo, tenemos otro cadáver...
-¿qué otro ya tan rápido?
- Así es... ven rápido, esta vez lo dejo en División del Norte y Universidad.
- Ok voy para haya.
La curiosidad volvió a mi y el miedo se fue... el juego se estaba poniendo interesante, ahora que mensaje me había dejado, algo que ahora teníamos seguros es que su zona de confort es la zona sur, ya que de los 7, ahora 8 asesinatos, 5 fueron realizados en la zona de el sur abarcando Coyoacán Tlalpan y Benito Juárez, y los otros tres curiosamente aparecieron en Iztapalapa, Venustiano Carranza y Cuauthemoc; las pistas estaban en todo lo que hacia, pero eran puestas a propósito, o solo por diversión de dejar un mensaje y entretenerme un rato, me convertiría en su experimento o lo convertiría en uno más de la colección de maniacos que tengo guardados en una caja al fondo del closet de las herramientas.
-¿y bien qué tenemos?
-Míralo por ti mismo.
La posición de por si era extraña esta vez, intente hacer ojos borrosos pero no sirvió.
- Quiero una foto del cadáver, en esta posición, no lo muevan.
-¿Lo quieres para tu álbum de fotos? Preguntó Antonio, uno de los más inútiles del departamento
- Si no sabes lo que me hace falta esa foto... las demás ya las tengo repetidas. Mi sarcasmo se oyó tan golpeado que la verdad esperaba que me mentara la madre, pero no se quedo callado con la cara de imbécil que lo caracteriza cuando no comprende lo que mira o escucha.
-¿Tenia algo el cadáver? pregunte como niño que espera su regalo de reyes.
- no lo hemos movido, puedes revisar.
Y eso hice, comencé a revisar las extremidades por si había algo, pero no, después me fui a las partes del torso y la cara, nada... ya me estaba comenzando a desesperar hasta que revise la boca y dentro había un cartel pequeño escrito en pluma de tinta fuente que rezaba lo siguiente:

Felicidades... ya falta poco,
solo une los puntos restantes.

Une los puntos restantes... ¿pero qué puntos?